YO DIGO SÍ A LA PAZ

YO DIGO SÍ A LA PAZ

jueves, 13 de febrero de 2014

LOS MEDIOS MASIVOS EN EL CASO PETRO Y LAS CONVERSACIONES DE LA HABANA

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo


En medio de un polarizado ambiente electoral, hay hechos que van pasando sin mayor notoriedad en espacios públicos y privados. Hechos y circunstancias que se dan, en un contexto complejo caracterizado por un Estado que aún no logra consolidarse como un orden político, social y cultural que asegure condiciones de vida digna para todos, en cumplimiento de claros mandatos constitucionales.

Haré referencia a hechos políticos y mediáticos, que involucran instituciones del Estado y a la institucionalidad misma, así como a influyentes empresas mediáticas y a otros actores de la sociedad civil.

El proceso de paz de La Habana es un hecho político que hace parte de ese complejo contexto. Y es así, porque ha logrado polarizar a la opinión pública, en torno a los alcances de lo acordado hasta el momento y el futuro político de los líderes de las Farc. El otro hecho es el controvertido fallo del Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez Maldonado.

Hay que señalar que el fallo del Procurador Alejandro Ordóñez Maldonado, con el que destituye e inhabilita al Alcalde Mayor de Bogotá, está conectado de manera directa con intereses de sectores políticos de una Derecha que no sólo busca recuperar política y administrativamente el manejo de los destinos de la ciudad de Bogotá, sino eliminar a quienes potencialmente puedan disputar la presidencia en 2018. Sin duda, Petro era una figura presidencial que debía salir del camino. Y hasta el momento, lo están logrando, a la espera de si la CIDH le otorga las medidas cautelares solicitadas por el burgomaestre.

No se trata de un fallo estrictamente en derecho. No. Por el contario, está el país ante un fallo que guarda finas relaciones con un modelo de Estado y de sociedad agenciado por sectores neoliberales y retardatarios que jamás se han sentido cómodos con las posibilidades sociales y políticas que abrió la Carta Política de 1991.

Y al hilar más delgado, detrás del fallo del Procurador está el proyecto de país que impuso Uribe Vélez, en clara connivencia con poderosas familias conservadoras, que defienden el modelo económico neoliberal[1] y mantienen claro el interés de imponer un modelo de sociedad clerical, patriarcal, empobrecida económica y culturalmente, así como un Estado confesional, que debe estar al servicio de unas élites regionales enquistadas en el Estado, en sus ámbitos local, regional y nacional.

Y en la exposición pública de esos hechos, aparecen los medios masivos y el ejercicio periodístico, como factores decisivos para la (in) comprensión de lo que realmente sucede en el país en la actual coyuntura política y electoral.

Frente al ejercicio periodístico, hay que decir que subsiste una fuerte polarización entre periodistas y empresas mediáticas. Es claro, por ejemplo, que la revista Semana respalda, desde sus páginas, el proceso de paz y mantiene clara distancia frente al omnímodo poder del Procurador Ordóñez Maldonado. Se puede decir que El Espectador apoya los diálogos de paz en La Habana, al tiempo que exhibe una prudente distancia frente al caso Petro y el sentido del fallo del jefe del Ministerio Público.

Lo contrario sucede con otros medios, en especial espacios radiales. Caracol Radio, liderado por Darío Arizmendi, hace evidente su animadversión contra el alcalde Petro, lo que ha permitido un tratamiento amañado y sesgado de los hechos noticiosos (jurídico-políticos) que se han presentado en torno a dicho caso. En esa misma línea editorial, y frente al mismo caso Petro, se instalan la W, de Julio Sánchez Cristo y la FM de Vicky Dávila. En cuanto al proceso de paz, las dos anteriores no lo apoyan de manera decidida.

En cuanto a los noticieros de televisión, Noticias RCN y Caracol Noticias, hay que señalar que el primero, de manera evidente, no apoya el proceso de paz y en lo que corresponde al caso Petro, asumió la postura editorial de apoyar la decisión administrativa, tomada por Ordóñez Maldonado. En cuanto a Caracol Noticias, hay que decir que sus tratamientos informativos frente al proceso de paz se pueden calificar como ‘neutros’. En cuanto al caso Petro, mantiene la línea editorial de apoyar la decisión del Procurador. En lo que toca al noticiero CM&, es clara su animadversión contra el alcalde Gustavo Petro, animosidad que es compartida por el Noticiero Noticias Uno. Frente al proceso de paz, el noticiero de Yamid Amat exhibe un prudente apoyo, compartido con el noticiero de la Red Independiente.

Frente al apoyo de las ideas del Centro Democrático (CD), hay que señalar que espacios y medios como La FM, La W, Noticias RCN, El Tiempo y CM&, apoyan de manera decidida la apuesta ideológica que Uribe lleva a cuestas, al liderar esa micro empresa electoral. Caracol Noticias se muestra más prudente, sin que ello permita asegurar que descarta de manera directa las ideas de dicho movimiento político.

En cuanto a medios estatales, el caso de Canal Capital no deja de sorprender. A través de su gerente y de varios espacios y periodistas, en dicho canal estatal se la han jugado no sólo para defender la gestión de Petro, sino el modelo de Estado que él viene agenciando para la capital del país. De igual manera, hay un fuerte apoyo al proceso de paz de La Habana.

Con todo y lo anterior, queda claro que en la actual coyuntura política y electoral, en la que sobresalen dos hechos políticos complejos y definitivos, el caso Petro y las conversaciones en La Habana,  varios los medios masivos y sus periodistas, están comprometidos, editorial y periodísticamente, con los intereses económicos y políticos de sus propietarios, o con la naturaleza pública del medio (caso, Canal Capital) y/o la orilla ideológica de quien guía el espacio informativo, desde la que se actúa políticamente. 

La conjugación de estos elementos, informativos, políticos y editoriales, permite que los ciudadanos adopten ideas políticas alrededor de lo que debe ser o no el  Estado y definen su comportamiento electoral, de acuerdo con el nivel de penetración de cada medio. Y es claro que los medios privados llevan en Colombia una gran ventaja, por ejemplo, frente al solitario esfuerzo que desde Canal Capital se viene haciendo para combatir y quebrar el unanimismo ideológico y político implantado desde el 2002[2].






Imagen tomada de unisabana.edu.co


[1] La cacareada inversión extranjera sirvió y sirve aún para despertar la avidez o la codicia de grandes corporaciones, interesadas en explotar los recursos del subsuelo.

[2] Desde que Uribe Vélez asumió la Presidencia en 2002. Aunque desde que nacieron los canales privados en 1998, se viene consolidando ese unanimismo, es claro que con Uribe Vélez se alcanzaron forzosos consensos en torno a temas y asuntos públicos. De allí que él mismo pensara en que el Estado de Opinión sería un estadio superior al Estado Social de Derecho. Estadio éste en el que daba por descontado el apoyo irrestricto de los noticieros privados de televisión, programas y espacios radiales.

No hay comentarios.: