YO DIGO SÍ A LA PAZ

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martes, 8 de octubre de 2013

EL PROYECTO POLÍTICO QUE ESTÁ DETRÁS DEL REGRESO DE URIBE AL CONGRESO

Por Germán Ayala Osorio, comunicador social y politólogo

Detrás de la candidatura al senado de Uribe Vélez, está el proyecto político de la derecha y de la ultraderecha con el cual no solo se obstaculizarán todas aquellas iniciativas legislativas encaminadas a refrendar los acuerdos que se logren en la mesa de diálogo instalada en La Habana, sino que se buscará allanar el camino para desmontar progresivamente, a través de finas decisiones legislativas, el espíritu liberal de la Carta de 1991.

Para ello, cuenta con el apoyo ideológico, social, político y económico de sectores que, directa o indirectamente, auparon el proyecto político con el que  sectores de derecha y de ultraderecha buscaron refundar la patria, con el apoyo militar de las AUC.

En esta segunda etapa, sin el concurso visible de un ejército paraestatal, Uribe Vélez será quien comandará la avanzada legislativa desde donde se aplicará con todo rigor el proyecto neoconservador que el encarnó y con el cual ejerció el poder como Presidente de la República entre 2002 y 2010. Y no se trata de la existencia de simples coincidencias programáticas, por el contrario, se trata de un mismo proyecto político, cultural y económico con el que el país recorrerá, nuevamente, los caminos del unanimismo ideológico y político.  Para ello, cuenta con el concurso y la anuencia de sectores de las fuerzas militares y de policía, empresarios del campo, industriales, banqueros, así como el pleno del partido conservador.

Quienes creen que el regreso de Uribe al Congreso se reduce a la evidente adicción al poder que acompaña al ex mandatario, se equivocan. No. Detrás de él subsiste la idea compartida en disímiles sectores de la sociedad civil colombiana, de que el Estado debe seguir al servicio de la plutocracia y de aquellos sectores privilegiados a los que aquel sirvió durante sus ocho anos de gobierno.

Un proyecto regenerador  y ambientalmente insostenible

Los sectores de derecha y de ultraderecha buscarán cerrar los espacios de participación política, así como constreñir hasta el límite, los derechos y libertades de los ciudadanos, bien por la vía de la declaratoria de la inviabilidad fiscal o por la vía del desgaste de los reclamantes ante las crecientes dificultades del Estado para poder responder a las demandas ciudadanas. Por supuesto que no se descartan la cooptación y la amenaza como instrumentos de presión para aquellos que insistan en demandar del Estado una mayor atención.

De esta manera, el Uribe Centro Democrático buscará no solo conseguir un importante número de congresistas, sino poner en la Presidencia a quien de manera denodada lealtad, obedezca cada una de las instrucciones que recibirá tanto del Congreso como de las huestes que la derecha y la ultraderecha tiene en la sociedad civil. Lo claro es hay un proyecto político que la derecha y la ultraderecha vienen diseñando y aplicando por etapas. Para ello, se sirvieron de los gobiernos de Gaviria, de Pastrana, de Uribe Vélez y por supuesto, de Juan Manuel Santos para consolidarlo, a pesar de las quejas porque este último no cuidó de manera acertada los ‘tres huevitos’ que le encomendaron que protegiera.

Ungido como el gran patrón electoral y político, Uribe Vélez sabrá acercarse a aquellos con los que guarda coincidencias ideológicas. Uno de ellos, es el Procurador Ordóñez, con quien no solo comparte principios morales, religiosos y las prácticas clientelistas de cooptación, sino una fuerte oposición a principios constitucionales que hoy permiten reivindicar los derechos de la mujer y de los  ciudadanos homosexuales. Habrá, entonces, otra moral y otra ética pública, con la que la sociedad aprenderá a aceptar que el TODO VALE es un principio fundamental para un país que cree a pie juntillas en alcanzar un desarrollo que le es esquivo por la presencia de guerrilleros, campesinos, indígenas y afrodescendientes.

De igual manera, comparten su desprecio por los asuntos ambientales, a juzgar por el desmonte de la institucionalidad ambiental que lograra Uribe en sus dos periodos y a las casi nulas instrucciones y exigencias del Procurador Ordóñez, a las procuradurías ambientales para que vigilen, por ejemplo, el cumplimiento de la normatividad ambiental existente.

El desgaste político y social de semejante proyecto, recaerá sobre el Uribe Centro Democrático, lo que sin duda servirá para ocultar los nombres de aquellos que ubicados en privilegiados sectores de poder, esperan, agazapados, que se mantengan y se amplíen sus beneficios.

Con Uribe en el Congreso, junto con quienes logren una curul, el modelo de desarrollo extractivo se profundizará por la vía de la concentración de la propiedad de la tierra. Es decir, el país producirá más palma africana y demás cultivos encaminados a producir combustibles. De esta forma, Colombia, como país biodiverso, en pocos años podrá exhibir al mundo desastres socio ambientales que muy seguramente el Estado no podrá afrontar de manera efectiva.
Chivolo, Pivijay y Ralito

Los tres pactos sobre los cuales se sostiene jurídica y políticamente lo que se conoce como la parapolítica, no son otra cosa que ejercicios de cooptación del Estado, su privatización y la implementación de estrategias electorales para asegurar en ciertas y estratégicas regiones del país, que la segunda etapa de la refundación de la patria resulte exitosa.

De esta forma, los pactos de Chivolo, Pivijay y Ralito hacen parte del proceso de consolidación del proyecto de país que la derecha y la ultraderecha han diseñado de tiempo atrás para Colombia.

El paramilitarismo, como  empresa criminal exitosa, dejó resultados positivos que el proyecto político que está detrás del regreso de Uribe Vélez al Congreso sabrá recoger y aprovechar. Haber desplazado a millones de colombianos de tierras y zonas aptas para el desarrollo intensivo de agrocombustibles, es un resultado tangible que esta empresa criminal dejó a quienes sabrán aprovechar estas circunstancias.


Esas zonas estratégicas despejadas de campesinos son, desde ya, objeto de interés no sólo de la familia Uribe Vélez, sino de otros terratenientes que hacen parte de Fedegan. El problema agrario, entonces, se agravará de tal forma, que en Colombia sólo se hablará, en adelante, de zonas de desarrollo empresarial. Esta es una forma de afectar la oferta socioambiental de zonas biodiversas que muy seguramente serán intervenidas por agroindustriales, que recibirán del Estado subsidios para enriquecer a las pocas familias que hoy se dedican a dicha actividad productiva. 

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